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El Iceberg de la Comunicación

Durante el año aproximado que llevo de consultora, voy confirmando algunas de las intuiciones o reflexiones nacidas en mi época de dirección de personas en servicios de prevención propios y ajenos. Una de las cosas que veo cada día con mayor claridad es que gente muy variada y de muy diferentes esferas confunde Comunicación con conceptos que no lo son.

Se confunde comunicación con información, con formación, con dialogar, con publicidad, con campañas, con oratoria, con imposición… Y se piensa que la comunicación es una actividad o una acción.

La Comunicación es un proceso, y uno de los más complejos que podemos encontrar en las organizaciones, ya complejas de por sí. Si preguntas a tu alrededor si la gente se comunica bien, muchas personas te dirán que ellas sí, pero los demás no. “Yo me comunico bien con mi jefe, me decían el otro día, pero él es incapaz de comunicarse conmigo”. Qué gran ejemplo de algo que no es comunicación y que nos lleva a desencuentros habituales.

U otra frase que escucho a menudo “no, no es un problema de comunicación con los delegados de prevención, nos comunicamos cada 3 meses en el comité de seguridad y salud. El problema es que no quieren colaborar…” O esta otra, que sirve para reflexionar: “yo me comunico bien, pero los demás no quieren entenderme”. O “yo no tengo problemas de comunicación, pero de este tema no hablo con él/ella porque no quiere escucharme”. Y si nos vamos al territorio personal, la cosa se agrava.

Lo que pasa habitualmente es que la gente se queda en una parte del proceso de comunicación, sin analizar nada más que su manera de expresarse (que no comunicarse), sin considerar las otras partes que implica la comunicación: partes ocultas y mucho más grandes y determinantes, como la superficie oculta de un iceberg. Y, claro, a muchos les pasa como en el Titanic…. hunden el proceso completo y se corta la comunicación. Y una vez hundido, sálvese quien pueda: Puedes recuperar los pedazos, puedes contar supervivientes, puedes hacer propósito de enmienda para el futuro, incluso puedes construir un nuevo proceso, pero cuesta mucho más. Se necesita invertir muchos más recursos y tiempo en reconstruir que en analizar y mejorar algo que ya está vivo.

Si no sabemos ver las partes ocultas del iceberg, si no tenemos las habilidades para este análisis, cuando te acerques a otro iceberg el resultado puede ser el mismo: que no funcione el proceso de comunicación, porque cada iceberg tiene una forma diferente. La transmisión de información es la parte evidente, la visible del iceberg, pero hay muchas más partes ocultas y más importantes: el lenguaje, el medio, la comprensión, la emoción, la escucha, las barreras, la asertividad… y esta parte oculta, en ocasiones, se descuida tanto que hace imposible el proceso o introduce unas dificultades difíciles de salvar.

Estas dificultades influyen de forma directa a nuestras relaciones, en todos los ámbitos, a nuestro desempeño y nuestra aportación de valor a las organizaciones, además de afectar también a que se vea y se visibilice nuestro trabajo y esfuerzo. Pero también afectan, de manera muy clara, a nuestra satisfacción, por lo que deberíamos entrenar nuestras habilidades de mejora de la comunicación, aunque fuera para nosotros mismos. Y si no lo hacemos por nosotros, deberíamos entrenarlas por las personas con las que nos relacionamos, personal y profesionalmente. Y si no es por ninguna de estas razones, porque queremos que la vida resulte más fácil, dentro y fuera de la organización. Unas buenas habilidades de comunicación ayudan, y todas ellas se pueden entrenar.

Siendo este un tema tan primordial, hemos puesto en marcha el itinerario formativo para profesionales de Seguridad y Salud con los cursos de comunicación, diseñados para mejorar nuestra comprensión, nuestras habilidades de comunicación y de persuasión. Porque de nuestras habilidades comunicativas dependerán el resto de las habilidades no técnicas o trasversales que necesitamos para crear impacto y generar cambios positivos en las organizaciones. Y en nuestra vida.

Por ello os animamos a embarcaros en estos cursos que permiten autoanalizarse, mejorar y crecer, cada cual desde sus fortalezas y sus ganas de aprender. Embarcaros para ganar seguridad y herramientas y así evitar los riesgos de la parte oculta del iceberg, para no tener que repetir más Titanics en nuestra vida.

Si quieres más información: Itinerario Formativo en habilidades transversales para profesionales de Seguridad y Salud

·        Comunicación efectiva en Seguridad y Salud, 20 y 21 de abril y 11 y 12 de mayo 2018.

·        Presentaciones eficaces en Seguridad y Salud, 25 y 25 de mayo y 8 y 9 de junio 2018.

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